El mantenimiento preventivo en flotillas de vehículos es una estrategia clave para mantener la eficiencia y la operatividad de un conjunto de vehículos.

¿Qué el mantenimiento preventivo en flotillas de vehículos?

Consiste en la realización regular de inspecciones, servicios y reparaciones programadas, con el objetivo de detectar y solucionar problemas antes de que se conviertan en fallas graves que puedan generar paradas no planificadas, costosas reparaciones o incluso accidentes. 


Dentro de los múltiples beneficios que otorga hacer el mantenimiento preventivo de una flotilla vehicular existe la de evitar costosas reparaciones de emergencia y minimizar el tiempo de inactividad no planificado. En este sentido, en Flotillas MX te proporcionamos las claves para lograrlo.

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La importancia del mantenimiento preventivo en flotillas de vehículos radica en varios aspectos fundamentales. En primer lugar, contribuye a maximizar la disponibilidad de los vehículos. Al realizar revisiones periódicas, se pueden identificar y corregir pequeños problemas o desgastes antes de que afecten el funcionamiento general. Esto ayuda a evitar averías inesperadas que podrían dejar los vehículos inmovilizados durante períodos prolongados, lo que a su vez afectaría la productividad de la flotilla y generaría costos adicionales.

Beneficios del mantenimiento preventivo en flotillas de vehículos

De igual manera, el mantenimiento preventivo en flotillas de vehículos permite extender la vida útil de los vehículos. Al mantener los componentes en buen estado y reemplazar las piezas desgastadas o defectuosas a tiempo, se reducen los riesgos de daños mayores. Esto no solo prolonga la vida útil de los vehículos, sino que también contribuye a mantener su valor de reventa, lo que es especialmente relevante en el caso de flotillas de alquiler o de empresas que planean renovar su flota en el futuro.

Otro aspecto importante es la seguridad. El mantenimiento preventivo garantiza que los vehículos estén en condiciones óptimas de seguridad. Los sistemas de frenado, la suspensión, los neumáticos y otros componentes críticos son revisados y ajustados regularmente, minimizando el riesgo de fallas en momentos cruciales. Esto no solo protege a los conductores y ocupantes de los vehículos, sino también a otros usuarios de la vía y a la reputación de la empresa propietaria de la flotilla.

¿Qué se tiene que revisar de un vehículo para hacer un mantenimiento preventivo?

  • Sustitución del aceite de motor, filtro del aceite y filtro del motor.
  • Revisión del sistema de frenos.  
  • Comprobación del estado de neumáticos y llantas.
  • Cambio de pastillas, discos y líquido de frenos (cada 2 años o 30.000 kilómetros).
  • Alineación y balanceo (cada 10.000 kilómetros).
  • Revisión de los sistemas de dirección y suspensión.
  • Verificación de los componentes del sistema de refrigeración.
  • Componentes del sistema eléctrico y batería (2-3 años). 
  • Sustitución de faros (cada 2 años o 50.000 kilómetros).
  • Sistemas de seguridad activa y pasiva.
  • Carrocería, vidrios y espejos.

Además de los aspectos de disponibilidad, vida útil y seguridad, el mantenimiento preventivo también tiene un impacto positivo en la eficiencia y el rendimiento de los vehículos. Un mantenimiento adecuado garantiza que los motores estén limpios, los filtros de aire estén en buen estado y los sistemas de combustible estén ajustados correctamente. Esto ayuda a maximizar la eficiencia del combustible y reducir las emisiones contaminantes, lo que se traduce en ahorros económicos y beneficios ambientales.

La clave en el mantenimiento preventivo es establecer una rutina para revisar todo lo que pueda pasarle a tus vehículos, una revisión de rutina puede ser también importante para detectar una falla.

Hay que recordar que un buen mantenimiento puede salvar no sólo la vida del coche, sino también la de su propio conductor, así como la de otros conductores que circulen por la carretera, y eso no tiene precio.

El mantenimiento preventivo también permite un mejor control de los costos operativos. Si se detectan problemas a tiempo, las reparaciones suelen ser menos costosas que si se ignoran hasta que se conviertan en fallas graves. Además, al programar las inspecciones y servicios, se pueden aprovechar los tiempos de inactividad planificados, minimizando así las interrupciones en la operación y optimizando los recursos disponibles.